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miércoles, 10 de abril de 2013

Por qué la deflación es igual o más perniciosas que la inflación





Deflación. Podría parecer muy buena, pero…

Ya te hemos compartido antes cómo funciona la inflación, sus causas y consecuencias. Ahora va el fenómeno contrario: la deflación. Ésta se caracteriza por un descenso general en los precios de bienes y servicios durante al menos un año.

Eso suena bien, ¿no? Pero las apariencias engañan. La deflación suele ocurrir por una caída en la demanda o depresiones económicas. Las empresas se ven obligadas a recortar sus plantillas y bajar sus precios no acumular demasiado inventario. Las deudas crediticias aumentan de forma proporcional y la gente disminuye sus compras porque “de todas formas mañana será más barato”. En resumen, el dinero deja de fluir.

El fenómeno no es muy frecuente. El primer claro ejemplo se dio durante la crisis del 29 cuando el colapso del sistema financiero redujo el poder adquisitivo de las familias y se entró en una espiral deflacionista. Otro caso más actual es el de Japón, que lleva casi dos décadas enfrentándola insuficientemente con estímulos monetarios para reducir su tasa de interés y que actualmente está procurando una devaluación en su moneda.