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jueves, 27 de enero de 2011

Culpan a Greenspan, SEC y Wall Street por la crisis económica
La Comisión de Investigación sobre la Crisis publicó un informe en el que detalla cómo se gestó el declive financiero mundial
EFE

WASHINGTON, 27 de enero.- La cultura de desregulación liderada por el ex presidente de la Reserva Federal Alan Greenspan, los cálculos equivocados de la Comisión de Valores (SEC), la inacción del Gobierno y el riesgo irresponsable en Wall Street llevaron a la mayor crisis financiera desde la Gran Depresión.

Así lo afirma un informe publicado hoy y elaborado por un panel bipartidista, la Comisión de Investigación sobre la Crisis Financiera, que explica en 662 páginas cómo se gestó la crisis en su fase previa en 2007, qué ocurrió durante la crisis en sí y las medidas que se tomaron para evitar el colapso.

A lo largo de 18 meses, esta comisión revisó millones de documentos, entrevistó a más de 700 testigos y celebró 19 días de audiencias públicas.

La principal conclusión es que la crisis era "evitable" y que fue el "resultado de una mezcla de la acción y de la inacción humana".

La comisión afirma que "los capitanes de las finanzas y los administradores públicos de nuestro sistema financiero ignoraron advertencias y erraron a la hora de cuestionar, entender y responder a los riesgos en evolución".

El mejor ejemplo fue "el error fundamental" de la Reserva Federal de no frenar el flujo de hipotecas tóxicas.

Así, instituciones financieras compraron y vendieron títulos hipotecarios que nunca examinaron, otras dependieron de préstamos millonarios que tenían que renovar día a día y grandes compañías e inversores confiaron ciegamente en las agencias de calificación de riesgo.

La comisión concluye que los errores ampliamente extendidos en la regulación financiera y supervisión resultaron "devastadores".

"Más de 30 años de desregulación y de confiar en la autorregulación de instituciones financieras, liderados por el ex presidente de la Reserva Federal Alan Greenspan y otros, respaldados por administraciones y Congresos sucesivos y activamente impulsados por la poderosa industria financiera, eliminaron salvaguardas claves que podrían haber ayudado a evitar la catástrofe", asevera.

Pero también afirma que la SEC podía haber exigido más capital y frenado prácticas arriesgadas de los bancos de inversión.

La Fed de Nueva York y otros reguladores podían haber puesto freno a los "excesos" de Citigroup y los políticos y reguladores podían haber parado el frenesí con los títulos hipotecarios, pero "faltaba voluntad política" para actuar en contra de la industria.

El poderoso sector financiero jugó un papel clave en debilitar las normas de contención. Entre 1999 y 2008, gastó 2.700 millones de dólares en presionar a políticos y reguladores, y aportó más de 1.000 millones a campañas.

Mientras, "demasiadas instituciones actuaron de manera temeraria, asumiendo demasiados riesgos con demasiado poco capital y con demasiada dependencia de financiación a corto plazo", dice el panel.

"Como Ícaro, no temieron volar cada vez más cerca del sol", añade.

De hecho, en 2007, los cinco grandes bancos inversores, Bear Stearns, Goldman Sachs, Lehman Brothers, Merril Lynch y Morgan Stanley, operaron con un capital extraordinariamente reducido. Los niveles de apalancamiento eran insostenibles (en algunos casos, de 40 a 1).

En todo este contexto, los actores claves del Gobierno, el Tesoro y el consejo de la Fed de Nueva York, "estaban mal preparados para los acontecimientos de 2007 y 2008", asegura la comisión.

No tenían un plan integral y estratégico para contener el baño de sangre porque no entendieron los riesgos y las interconexiones en los mercados financieros, dice el informe.

Además, días antes de que se hundiera Bear Stearns, en marzo de 2008, la SEC estaba "cómoda" con las reservas de la firma.

No fue hasta agosto de 2008, semanas antes de que el Gobierno rescatara a Fannie Mae y Freddie Mac, que el Tesoro entendió el pleno alcance de las graves condiciones financieras de esas dos empresas, y un mes antes del colapso de Lehman, la Fed de Nueva York todavía estaba reuniendo información sobre la exposición de sus más de 900.000 contratos en derivados.