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jueves, 17 de octubre de 2013

La banca en México, competencia y competitividad





Instituto Mexicano para la Competitividad, A. C. · A 10 064 personas les gusta esto.
Hace 41 minutos cerca de Mexico City · 
  • Banca competitiva y en competencia
    Manuel J. Molano
    @MJMolano

    En días pasados, el periodista David Páramo publicó una columna en la que cuestiona una investigación del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), la cual señala los desafíos de competencia que tiene la banca mexicana. Si bien el señor Páramo tiene razón en que las mediciones de competencia en industrias de red como los bancos no siempre son concluyentes, hay elementos que han llevado a IMCO a pensar que hay un problema de competencia en la banca.

    Al menos deberíamos tener una duda razonable, como la que plantea el Congreso de la Unión en la reforma financiera, que ha dado un plazo de 50 días a la Comisión Federal de Competencia Económica para que se pronuncie sobre la competencia en ese sector.

    Apunta bien el periodista que “hay más de 50 intermediarios que compiten por el mercado”. No hay barreras regulatorias de ningún tipo a la entrada de nuevos participantes en el negocio bancario, aunque, como en otros lugares del mundo, hay barreras naturales que tienen que ver con los capitales involucrados en los negocios bancarios y la construcción de la red de captación y distribución de recursos, que es donde puede evidenciarse el poder de mercado de los principales bancos mexicanos.

    Con datos de la CNBV, los siete principales bancos por tamaño de activos (G7) tienen casi 65% de las sucursales bancarias del país y alrededor de 88% de los cajeros automáticos. En consecuencia, cualquier intermediario pequeño tiene que pagarles comisiones a estos bancos para usar (y que sus clientes usen) la red bancaria, que finalmente es el acceso al sistema de pagos.

    Esto se refleja en las utilidades que pueden producir estos bancos, y la fuente de las mismas. Si medimos las utilidades como el resultado neto de la institución entre el margen financiero ajustado por riesgos crediticios, en agosto de 2013 el grupo de bancos G7 tiene utilidades de 63%, mientras que los siguientes siete bancos (G8-14) solamente tienen utilidades de 12.6%, es decir, cinco veces menores. En ese mismo mes, los bancos de G7 obtienen ingresos por comisiones equivalentes al 7.6% de los ingresos por intereses, mientras que el G8-14, solamente 1.1%. Es decir, los bancos grandes obtienen ocho pesos en comisiones por cada 100 que obtienen por intereses, mientras que los bancos más pequeños solamente 1 por 100.

    El Banco Mundial, el FMI y otras instituciones se han volcado a hacer otro tipo de mediciones sobre la competencia en la banca, con base en indicadores alternativos a los de concentración de mercado. Cuando hay indicadores de bajo desempeño operativo pero altas utilidades, hay evidencia de poder de mercado. Vale la pena revisar el informe sobre el desarrollo del sector financiero del Foro Económico Mundial. En ese informe, México obtiene la posición 51 de 62 países en el indicador de “gastos overhead como porcentaje de los activos”.

    En “costos de operación como porcentaje de los activos”, México obtiene la posición 42/62. Es decir, la operación de nuestra banca es cara. En las medidas de rentabilidad agregada, con datos a 2010, el retorno sobre activos y el retorno a los accionistas fue el 19 de los 62 países.

    Si los costos son altos, y hay utilidades, hay poder de mercado. No es tan difícil hacer los números. Finalmente será la autoridad quien decida esto, no David Páramo ni el IMCO. Sin embargo, vale la pena poner la evidencia en la mesa con más argumentos y menos pasiones.