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sábado, 2 de junio de 2012

España y los problemas de su banca




ECONOMIA

La soledad de España

El Gobierno afronta, sin apoyo del BCE, un mes explosivo en los mercados hasta que se pacte la refundación del euro 

03.06.12 - 00:16 - 
España ha pasado uno de los peores tragos de la crisis casi en solitario. En una semana de auténtico pánico, con la prima de riesgo en niveles desconocidos fuera de los países rescatados, la UE ha reaccionado con gestos tímidos y declaraciones de bajo perfil. En Bruselas, la brutal ofensiva de los mercados ha estado bien presente, pero sin ninguna sensación de emergencia total. Los socios viven más pendientes de la refundación del euro, una nueva vuelta de tuerca a la integración concebida para calmar definitivamente a los inversores, que pretenden impulsar en la cumbre prevista para finales de este mes. Es el gran plan comunitario para salvar a la moneda única y, por extensión, a sus miembros más vulnerables. El único salvavidas que se baraja, hoy por hoy, en la capital de la Unión.
El presidente del BCE, Mario Draghi, ha descrito la situación con su conocida metáfora del río. «Algunos gobiernos están nadando a contracorriente y la espesa niebla no les deja ver la otra orilla», reflexionó en la Eurocámara tras atribuir las convulsiones que afronta España a las dudas sobre la supervivencia del euro. La constatación no ayudó con la prima de riesgo, pero ha sido una de las pocas frases de aliento al Gobierno entre duras críticas a la gestión del rescate de Bankia.
El jefe del BCE, única entidad con potencia de fuego suficiente para tranquilizar a los mercados, ha dejado bien claro que el Gobierno está solo frente a los especuladores. Y así continuará, salvo sorpresas. La severidad del BCE es la esperable. Pero el resto de instituciones comunitarias tampoco ha ofrecido grandes señales de apoyo. El comisario de Economía, Olli Rehn, ha sido uno de los más expresivos al reiterar su confianza en el Gobierno mientras el miedo a un posible rescate incendiaba los mercados. «España ha actuado con firmeza para impulsar las reformas necesarias. Ahora está en el proceso de recapitalizar la banca. Todos ellos son pasos muy importantes para resolver los problemas estructurales del país», ha remarcado en la distante jerga europea.
Dudas «comprensibles»
El portavoz de Rehn suena algo más cercano al explicar que el vértigo en los mercados tiene un importante componente conyuntural. A su juicio, las dudas de los inversores resultan «comprensibles» cuando se está reestructurando la banca. En cualquier caso, el gran mensaje de Bruselas ha sido su propuesta para otorgar un año más a España en la senda para reducir el déficit a cambio de acelerar la subida del IVA y la vigencia de la jubilación a los 67 años.
La frialdad de las instituciones europeas contrasta con el gesto de Angela Merkel, que ha salido en defensa de España tras hablar por teléfono con Mariano Rajoy. La canciller recordó que el Ejecutivo del PP arrastra una «difícil herencia», a la que ha decidido enfrentarse con reformas y «transparencia». Su mayor ayuda, sin embargo, trasciende el plano de lo simbólico. La líder germana anunció que favorecerá un debate «sin tabúes» sobre la refundación de la Eurozona. La promesa, que en principio levanta el veto a discutir sobre los eurobonos, ofrece algo de oxígeno a España en el inicio de un largo mes de junio en soledad frente a los mercados.
Los socios comunitarios, inspirados por el presidente del BCE, han llegado a la conclusión de que solo les queda un cartucho. Tras más de dos años atenazados por la crisis de la deuda, necesitan convencer a los mercados de que el euro jamás desaparecerá. El desafío resulta todavía más evidente por las inminentes elecciones en Grecia. Si los ciudadanos helenos votan el día 17 contra los recortes asociados al segundo rescate, entonces la tormenta en los parqués podría alcanzar la categoría de huracán. La Eurozona ya ha avisado de que, si Atenas no cumple los ajustes, la puerta de salida del bloque se abrirá de par en par.
La UE está enfrascada además en la nueva arquitectura de su moneda. Se ha avanzado mucho en el estricto control conjunto de los presupuestos y hasta se ha rubricado un pacto fiscal que consagra a nivel constitucional la austeridad en las cuentas. Ahora se pretende emprender un proceso comparable al nacimiento del euro en los 90. Al igual que se hizo con los criterios de convergencia para acceder a la moneda única, los socios piensan fijar un calendario que conduzca hacia una mayor integración con una meta visible.
Los eurobonos representan el gran sueño de Francia y la mitad sur de Europa. Algunos analistas los comparan con el nacimiento de la deuda federal en EE UU. También ha ganado peso la llamada unión bancaria, defendida por el BCE, que permitiría compartir los fondos de garantía de depósitos y centralizar la vigilancia del sector. No está claro si se crearía un mecanismo de recapitalización común, por el que pelea España y que, previsiblemente, llegaría tarde para Bankia.