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martes, 30 de octubre de 2012

Razones de por qué las empresas no consideran a la BMV como una opción de financiamiento

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Por qué las empresas le hacen el feo a la Bolsa Mexicana

La Bolsa Mexicana no es atractiva para las empresas.
La Bolsa Mexicana no es atractiva para las empresas.Bloomberg
El valor de capitalización del mercado bursátil mexicano ha crecido 400% en 10 años. Aunque la Bolsa ofrece financiamiento de bajo costo, las empresas no se animan a lanzar una oferta pública de acciones. ¿Qué miedos y trabas las detienen?

Francisco Muciño


La mayoría de las empresas del mundo ve a la Bolsa de valores como una primera opción de financiamiento. El menor costo para financiarse, encontrar a socios en vez de acreedores y un mercado con mayor valor serían los beneficios potenciales que encuentran las compañías en el mercado bursátil para crecer.

Pero en México esto no ocurre. Al contrario: pese a que el valor de mercado de la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) ha aumentado casi 400% en los últimos 10 años, hay menos empresas dentro del mercado bursátil que han capitalizado esta oportunidad.

La Bolsa ha implementado programas para que medianas empresas puedan cumplir con los requisitos para listarse y entrar al mercado de deuda y, en un futuro, también incursionar en el mercado accionario. Pero los miedos y tabúes de algunos empresarios persisten.

La principal preocupación de algunos es que al entrar al mercado están ‘cediendo parte del control’ de sus compañías, y también sigue la creencia de que la Bolsa es sólo para las grandes empresas.

Otra razón es que aun no existe un mercado a la medida para las empresas medianas mexicanas, como ya hay en otros países interesados en que más compañías medianas encuentren oportunidades de financiamiento.

El mercado bursátil y las autoridades no deben olvidar que todas las empresas grandes alguna vez fueron pequeñas y necesitaron capitalización, por lo que siempre es importante que haya compañías que lancen ofertas públicas iniciales. De lo contrario, no hay mercado.


Más valor, menos empresas

Alguna vez la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) llegó a tener más de 200 empresas en el mercado accionario. En 1991, el mercado local registraba acciones de 209 compañías en el mercado. Pero la crisis económica hizo que bajara la cifra hasta 185 empresas en 1995. Desde entonces no se ha vuelto a ver el mismo número de compañías.

Por el contrario, el valor del mercado accionario de la bolsa ha subido sin parar. Solamentepasó de 1.1 billones de pesos (bdp) en el año 2001 a 5.7 bdp en 2011, casi 400% más en 10 años. Pero el número de compañías nacionales en el mercado de capital sigue bajando: al cierre de 2011, había 128, de acuerdo a datos del Banco Mundial (BM).

“Tenemos menos empresas y más valor. Es decir, que los que han invertido en esas acciones han ganado mucho dinero”, opina José Javier Jaime, socio líder de Emisiones y de IPO's de Ernst &Young México.

Pocas empresas han capitalizado este incremento de valor, mientras que la oportunidad para hacer crecer a miles de compañías sigue presente pero no se ha aprovechado, afirma el especialista.


Miedo a perder el control

Si la oportunidad está ahí, ¿por qué no hay más quienes la aprovechen? De acuerdo a especialistas, hay diversos factores, que van desde el desconocimiento de las reglas para entrar a Bolsa, la creencia de que sólo el mercado es para las grandes compañías y la visión de algunos empresarios de que si hacen pública su empresa, están “cediendo” parte del control a terceros.

Inclusive puede deberse también a razones culturales. En el libro ‘Problemas estructurales de la economía mexicana’, de Alejandro Díaz-Bautista, se señala que es una costumbre arraigada en la cultura hispana mantener el control de una empresa entre las familias.

“Es de interés observar que la concentración de propiedad no es exclusiva de las empresas privadas. Varias empresas públicas que cotizan en la BMV son propiedad de una sola familia”, escribe Ramón Castillo Ponce, autor del capítulo ‘Las instituciones y la decisión de cotizar en el mercado de valores: el caso de México’, en el mismo libro.

El volumen de acciones negociadas de las empresas en la BMV era de 26% al cierre de 2011, volumen menor si se compara con Brasil (69%), España (128%), India (56.3%) o Turquía (162%).

El miedo a ‘perder el control’ es persistente. “Hablando con los empresarios te llevas la impresión de que tienen miedo de entrar en Bolsa. Piensan que por entrar están vendiendo la compañía”, señala José Javier Jaime, de E&Y. Este tabú, agrega, no deja ver a los empresarios los beneficios potenciales y los menores costos de financiamiento que representa el mercado de valores.

La institucionalización de la empresa también ha sido otro obstáculo que regularmente se encuentra, pero hay cada vez más emprendedores que levantan su empresa con la idea de tener un gobierno corporativo y tener socios, asegura Pilar Aguilar, directora de la aceleradora de empresas Endeavor México.

“Creo que cuando es una empresa que tiene muchos años operando de modo familiar, resulta cuesta arriba institucionalizarla, pero no es imposible. Hoy en Endeavor tenemos programas y aliados que están enfocados a la institucionalización de la compañía”, agrega.

Además Endeavor tiene un programa con la Secretaría de Economía (SE) y la BMV para apoyar a 10 empresas pequeñas y medianas a institucionalizarse, con un financiamiento de 10 mdp para instalar un gobierno corporativo, obtener la calificación crediticia de una agencia reconocida y cumplir con otros requisitos para entrar a Bolsa a emitir deuda.

“La misión de Endeavor es convertir a empresas pequeñas en medianas y medianas en grandes, y nos encantaría que alguna de ellas llegue a emitir acciones. Y uno de nuestros objetivos dentro de 5 años es que una empresa ya esté en el mercado de acciones”, recalca Pilar Aguilar.

Si 70 empresas mexicanas cotizaran en la Bolsa, el PIB del país se incrementaría en 1% y se crearían 150,000 empleos formales, de acuerdo a estimaciones de Endeavor.


Falta un mercado a la medida

Desde la reforma a la Ley del Mercado de Valores en 2004, se vienen dando más facilidades para que las empresas entren a la BMV, como la figura de las Sociedades Anónimas Promotoras de Inversión (SAPI) y las de Inversión Bursátil (SAPIB) para empresas pequeñas y medianas.

“No tienes que ser una empresa completamente pública. Puedes primero ser una SAPI, y ese tipo de entidades pueden emitir deuda, cumplen con requisitos pero no tienen que publicar su información financiera y emiten deuda”, señala José Javier Jaime, de E&Y.

No obstante, el especialista indica que la labor de difusión para dar a conocer estas facilidades y beneficios, como los menores costos de financiamiento, no ha sido muy afortunada y aun persiste el desconocimiento entre varios empresarios.

Pero en lo que se puede avanzar es en la conformación de un mercado para que empresas medianas y pequeñas puedan cotizar, algo que hoy no existe en la BMV, indica Pilar Aguilar, de Endeavor.

“Existen mercados para empresas pequeñas en Europa y EU donde se pueden listar tus empresas y aumentar el poder de compraventa. Sin embargo, para acciones más pequeñas no lo tenemos en México, y un primer paso sería a nivel de política el poder fomentar un mercado para emisiones más pequeñas”, propone.

Un ejemplo del mercado al que se refiere Aguilar es el Mercado Alternativo para Inversionistas (AIM, por sus siglas en inglés) de la Bolsa de Londres (London Stock Exchange). Los beneficios de este mercado alternativo es que ofrece a empresas pequeñas un acceso rápido al financiamiento público, un marco regulatorio a la medida del tamaño de las empresas y una red de asesores que apoyan a las empresas desde que deciden flotar su capital.

Un documento del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM sobre la importancia de la consolidación de un mercado intermedio de valores en México señala que, tras la crisis económica, diversas bolsas de valores en el mundo están intentando crear mercados intermedios para atraer empresas medianas.

“Todas las empresas grandes un día fueron pequeñas”, recuerdan Juan Pablo Martínez y Rebeca Pérez, autores del documento de la UNAM. Destacan la importancia de que haya más demanda de capital por parte de empresas medianas, porque “si las ofertas públicas primarias pequeñas desparecen, el mercado está roto”.

Historia del Día
Lunes, 29 de Octubre de 2012 00:00
Redactor: Genaro Mejía



sábado, 27 de octubre de 2012

Cómo Goldman Sachs causó la presente crisis alimentaria Federick Kaufman


link: http://www.sinpermiso.info/textos/index.php?id=4152

Cómo Goldman Sachs causó la presente crisis alimentaria
Federick Kaufman · · · · ·
08/05/11

No culpe a los apetitos de los Estados Unidos, al aumento de los precios del petróleo o a los cultivos genéticamente modificados por los altos precios de los alimentos. Wall Street es la culpable. El analista Frederick Kaufman escribe en la prestigiosa revista norteamericana Foreign Policy.

La oferta y la demanda sin duda importan. Pero hay otra razón por la cual los alimentos en todo el mundo se han vuelto tan caros: la codicia de Wall Street.

Bastó con que las brillantes mentes de Goldman Sachs cayeran en la cuenta de esta sencilla verdad: nada es más valioso que el pan nuestro de cada día. Y donde hay valor, hay dinero. En 1991, a los banqueros de Goldman, liderados por su profético presidente Gary Cohn, se les ocurrió un nuevo tipo de producto de inversión, un derivado financiero que daba seguimiento indiciario a 24 productos básicos, desde metales preciosos y energía hasta café, cacao, ganado vacuno, maíz, puercos, soja y trigo. Se ponderó el valor de la inversión de cada elemento, mezclaron y barajaron las partes, y redujeron lo que había sido un conjunto complicado de cosas reales a una fórmula matemática, que en lo sucesivo se denominaría Índice de Productos básicosde Goldman Sachs (GSCI).

Durante una década, el GSCI se mantuvo como un vehículo de inversión relativamente estático, porque los banqueros estaban más preocupados por el riesgo y la deuda colateralizada que por las cosas que podían ser sembradas o cosechadas. Luego, en 1999, la Commodities Futures Trading Commission [Comisión para el Comercio con Futuros de Productos Básicos]  desreguló los mercados de futuros. De repente, los bancos podían asumir, a su antojo, posiciones en los mercados de granos, antes –desde la Gran Depresión— sólo accesibles a quienes realmente tenían algo que ver con la producción de nuestros alimentos.

Grandes cambios estaban por llegar a las bolsas de granos de Chicago, Minneapolis y Kansas City, que durante 150 años habían contribuido a moderar las subidas y bajadas de los precios mundiales de los alimentos. La agricultura puede parecer algo bucólico, pero es una industria intrínsecamente inestable, sujeta a las vicisitudes del clima, las enfermedades y los desastres. El sistema de comercio de futuros de granos apareció después de la Guerra Civil Americana impulsado por los fundadores de Archer Daniels Midland, General Mills y Pillsbury, y contribuyó a establecer a Estados Unidos como un gigante financiero que terminaría superando a Europa. Los mercados de granos también protegían a los agricultores y molineros de los riesgos inherentes a su profesión. La idea básica era el "contrato a término", un acuerdo entre vendedores y compradores de trigo para ponerle un precio razonable aun antes de su siembra. Así, los “futuros” de granos contribuían a estabilizar  el precio de una hogaza de pan en la panadería –o más tarde, en el supermercado—, al tiempo que permitían a los agricultores protegerse contra los malos tiempos e invertir en sus fincas y empresas. Resultado: en el transcurso del siglo XX, el precio real del trigo se redujo (a pesar de un contratiempo o dos, sobre todo en la espiral inflacionaria de la década de los 70), estimulando el desarrollo de la agroindustria estadounidense. Después de la Segunda Guerra Mundial, los Estados Unidos rutinariamente producían excedentes de granos, que se convirtieron en un elemento esencial de sus estrategias políticas, económicas y humanitarias, y se calla por sabido que el grano estadounidense alimentaba a millones de personas hambrientas en todo el mundo.

Los mercados de futuros incluían tradicionalmente a dos tipos de jugadores. Por un lado, estaban los agricultores, molineros y almacenistas, agentes del mercado que tienen un interés real y físico en el trigo. Este grupo no sólo incluye a los productores de maíz en Iowa o a los productores de trigo en Nebraska, sino también a grandes multinacionales como Pizza Hut, Kraft, Nestlé, Sara Lee, Tyson Foods y McDonald's –cuyas acciones en la  Bolsa de Nueva York suben y bajan, según su capacidad para llevar comida a precios competitivos a las ventanas de los coches de la gente y a los estantes de los supermercados—. Estos participantes en el mercado se llamanterceros de buena fe, porque realmente necesitan comprar y vender cereales.

En el otro lado, tenemos al especulador. El especulador no produce ni consume maíz, soja o trigo; ni dispone de un lugar en donde almacenar las 20 toneladas de cereales que podría comprar en un momento dado. Los especuladores hacen dinero a través del comportamiento del mercado tradicional: comprar barato y vender caro. Y los actores físicos en los futuros de los granos tienen por regla general dar la bienvenida a los especuladores tradicionales de su mercado, ya que sus constantes órdenes de compra y venta generan liquidez y ofrecen a los terceros de buena fe una manera de manejar el riesgo al permitirles vender y comprar a su antojo.

Pero el índice de Goldman pervirtió la simetría de este sistema. Al GSCI no le importan los inveterados patrones compra-venta/venta-compra. Este novedoso producto derivado fue fabricado para comprar productos básicos, y sólo comprar. En la base de esa estrategia que sólo busca posiciones largas (o compra de futuros) estaba la intención de transformar una inversión en productos básicos (que antes era de la competencia de especialistas) en algo que se parecía mucho a una inversión en acciones: el tipo de activos en los que cualquiera podría poner su dinero y dejar que se acumulara durante décadas (como comprar General Electric o Apple). Cuando los mercados de productos básicos empezaran a parecerse a la bolsa de valores, los bancos recibirían nuevos flujos de dinero en efectivo. Pero la estrategia tenía un defecto, al menos desde el punto de vista de aquellos de nosotros que comemos: el GSCI no incluía un mecanismo para vender la mercancía.



Los banqueros reconocen un buen sistema cuando lo ven, y decenas de especuladores siguieron el ejemplo de Goldman y se unieron al juego del índice de productos básicos, incluyendo Barclays, Deutsche Bank, Pimco, JP Morgan Chase, AIG, Bear Stearns y Lehman Brothers, por reducirnos sólo a algunos de los vendedores de fondos del índice de productos básicos. Se había configurado el escenario para la inflación de los precios de los alimentos que, con el tiempo, tomaría por sorpresa a algunos de los mayores molinos, procesadores y minoristas en los Estados Unidos y que impactó a todo el mundo.

El dinero habla. Desde el estallido de la burbuja tecnológica en 2000, ha aumentado en 50 veces la inversión en fondos del índice de productos básicos. Para poner el fenómeno en términos reales: en 2003, el mercado de futuros sobre productos básicos tenía un volumen de sólo 13 mil millones de dólares. Pero cuando la crisis financiera mundial puso en fuga a los inversores a principios de 2008, y dado que sus dólares, libras y euros no encontraban destino fiable, los productos básicos –y singularmente, los alimentos– aparecieron subitáneamente como el último y óptimo refugio del dinero en efectivo de los fondos de cobertura, los fondos de pensiones y los fondos soberanos. "Había personas que no tenían idea de qué eran los productos básicos, pero, aun así, los compraban", comentaba un analista del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos. En los primeros 55 días de 2008, los especuladores vertieron 55 mil millones dólares en los mercados de productos básicos, y en julio, volcaron 318 mil millones dólares en el mercado. Desde entonces, la inflación de los alimentos se mantiene estable.

Y el dinero fluía, y los banqueros ya habían preparado un nuevo casino de derivados de alimentos. Con los precios del petróleo y el gas (los productos dominantes de los fondos de índices) en cabeza, los nuevos productos de inversión incendiaron los mercados de todos los otros productos básicos indexados, causando un problema bien conocido ya para los versados ​​en la historia de los tulipanes, de las «puntocom» y de los bienes raíces baratos: una burbuja de los alimentos. El trigo duro rojo de primavera, que por lo general se vende entre 4  6 dólares por bushel de 60 libras, batió todos los récords al alcanzar los futuros los 25 dólares. Y así, entre 2005 y 2008, el precio mundial de los alimentos subió un 80 por ciento: y sigue subiendo. "Nunca habíamos visto tanto capital de inversión en los mercados de productos básicos", declaró Kendell Keith, presidente de la Asociación Nacional de Granos y Piensos. "No hay duda de que ha habido especulación". En una nota informativa publicada recientemente, Olivier De Schutter, Relator Especial de Naciones Unidas para el Derecho a la Alimentación, concluía que en 2008 "una parte significativa de la subida de los precios [de los alimentos] se debió a la aparición de una burbuja especulativa".

Lo que estaba pasando en los mercados de granos no era el resultado de la "especulación" en el sentido tradicional de comprar barato y vender caro. Hoy en día, junto con el índice acumulado, el GSCI de Standard & Poor's ofrece 219 diferentestickers de índices, y los inversores pueden encender sus sistemas Bloomberg y apostar en lo que quieran, desde paladio hasta aceite de soja, biocombustibles o ganado. Pero el auge de nuevas oportunidades especulativas en los granos, el aceite comestible y los mercados de ganado ha creado un círculo vicioso. Cuanto más aumenta el precio de los productos alimenticios, más dinero ganan los banqueros y más aumentan los precios. De hecho, entre 2003 y 2008, ¡el volumen de la especulación de fondos de índices aumentó un 1.900%! "Lo que estamos viviendo es una crisis de demanda dimanante de una nueva categoría de participante en los mercados a futuro", declaró Michael Masters, Gerente de Masters Capital Management, ante el Congreso de los Estados Unidos en plena crisis alimentaria de 2008.

El resultado de la entrada de Wall Street en los mercados de granos, piensos y ganadería ha tenido en tremendo impacto en la producción alimentaria mundial y en los sistemas de distribución. Ahora, la oferta de alimentos del mundo no sólo tiene que enfrentarse a las limitaciones de suministro y a los aumentos de la demanda de grano, sino también a este espurio mecanismo de alza artificial de los precios de los granos creado por la banca de inversión. Resultado: el trigo imaginario domina el precio del trigo real, ya que ahora hay cuatro especuladores por cada tercero de buena fe (tradicionalmente, eran sólo una quinta parte del mercado).

Hoy en día, los banqueros y los agentes de bolsa están en la cima de la cadena alimenticia: son los carnívoros del sistema, los predadores del resto del mundo y todo cuanto hay en él. En la base, el sufrido agricultor; para él, el aumento del precio del grano debería haber sido un golpe de suerte, pero la especulación también ha creado picos en los precios de todo lo que necesitan los agricultores para producir su grano, desde las semillas hasta los fertilizantes, pasando por el diesel. Inmediatamente por encima de ellos, los consumidores. El estadounidense promedio, que gasta aproximadamente 8 a 12 por ciento de su salario semanal en alimentos, no sintió inmediatamente la crisis. Pero para los casi 2 mil millones de personas en todo el mundo que gastan más de 50 por ciento de sus ingresos en alimentos, los efectos han sido devastadores: 250 millones de personas pasaron a engrosar las filas de los hambrientos en 2008, con lo que la inseguridad alimentaria rebasó llegó a golpear a mil millones de personas: una cifra sin ejemplo histórico.

 ¿Cuál es la solución? La última vez que visité el Minneapolis Grain Exchange, le pregunté a un puñado de corredores de trigo lo que sucedería si el gobierno de los EE.UU. prohibiera a los bancos de inversión las transacciones exclusivamente de compra de los productos alimenticios. Su reacción: la risa. Una llamada telefónica a un tercero de buena fe como Cargill y Archer Daniels Midland y un intercambio secreto de activos, y la participación de un banco en el mercado de futuros, resulta indistinguible de la de un comprador internacional del trigo. Les pregunté: ¿qué pasaría si el gobierno prohíbe todos los productos derivados sólo en largo? Una vez más, la risa. Problema resuelto con otra llamada telefónica, esta vez a una oficina comercial en Londres o Hong Kong: los nuevos mercados de derivados de alimentos han alcanzado proporciones supranacionales, y están más allá del alcance de la ley.

La volatilidad en los mercados de alimentos también ha destrozado lo que podría haber sido una gran oportunidad para la cooperación mundial. A mayor costo del maíz, la soya, el arroz o el trigo, mayor debería ser el empeño puesto por las naciones del mundo en cooperar entre ellas, a fin de asegurarse de que los países importadores de granos no provoquen contagios cada vez más dramáticos de inflación y agitación política. En cambio, los países han respondido con políticas de “yo primero”, desde prohibiciones a las exportaciones al acaparamiento y apropiaciones neo-mercantilista de tierras en África. Y los esfuerzos de los activistas comprometidos y de los organismos internacionales para frenar la especulación del grano no han logrado nada. Lo cierto es que los fondos de índices siguen prosperando, y los banqueros se embolsan las ganancias mientras los pobres del mundo se tambalean al borde de la inanición.

Frederick Kaufman es un especialista norteamericano en temas alimentarios. Su último libro:  A Short History of the American Stomach (Breve historia del estógamo norteamericano).



viernes, 26 de octubre de 2012

Los commodities agrícolas compiten como opción con el petróleo y el oro



Economía y Mercado


GRANOS | HAY UN COMPONENTE ESPECULATIVO EN SUS PRECIOS MUY DIFÍCIL DE PRECISAR QUE GENERAN LOS FONDOS DE INVERSIÓN LÍQUIDOS

Los commodities agrícolas compiten como opción con el petróleo y el oro

Se acaba el deterioro de los términos de intercambio de los productos agrícolas que signó al comercio mundial del siglo XX
JORGE REBELLA
El trigo, el maíz y la soja son hoy una alternativa de inversión que compite con otras opciones más tradicionales. El accionar de los fondos de inversión está elevando los precios de los commodities agrícolas y, por consiguiente, de los alimentos, afirmó el Lic. Enrique Erize, vicepresidente de la consultora Nóvitas con sede en Buenos Aires. En diálogo con ECONOMIA & MERCADO, el entrevistado, que participó en la ExpoActiva 2012 en Mercedes invitado por el BBVA, analizó los desafíos que plantea el negocio de la agricultura a nivel mundial, especialmente la actual volatilidad de los mercados de granos, que son de por sí volátiles por razones climáticas. A continuación un resumen de la entrevista.
-¿Qué lectura hace del aumento significativo de los precios de los commodities agrícolas?
-La suba del precio de los granos viene siendo liderada por China e India, especialmente luego que el primero de estos fue admitido como miembro pleno de la Organización Mundial del Comercio (OMC) en 2001. Esta tendencia responde a la explosión estructural de la demanda de alimentos como resultado del crecimiento acelerado de las economías asiáticas que comenzó en la década del noventa. Dicho fenómeno ha generado un sostenido aumento del ingreso per cápita de esos países. En el caso de China, esa mejora ha tenido importantes efectos en la dieta alimenticia de su población, que pasó del consumo casi exclusivo de arroz a complementar sus platos con distintos tipos de carne, para lo cual destinan el 50% de sus ingresos.
-¿Solo la demanda explosiva de los mercados asiáticos es responsable por los precios récords que registran los commodities agrícolas?
-A la demanda asiática de commodities agrícolas, básicamente para la alimentación, se le ha agregado la "fiebre de los biocombustibles" debido a la decisión política de los países centrales de modificar la matriz energética en el mundo, que hasta fines del siglo XX estaba basada en recursos no renovables contaminantes. A partir del momento en que el gobierno estadounidense decidió emplear maíz para fabricar etanol y que varios países de la Unión Europea autorizaron la mezcla de biodiesel con gasoil, el consumo de maíz empezó a crecer vertiginosamente en Estados Unidos, pasando de 15 millones de toneladas anuales hace una década hasta 128 millones de toneladas el año pasado. Desde entonces al mundo le está costando mucho acompañar con un aumento de su producción agrícola la demanda explosiva generada por ambos fenómenos.
-¿No cuentan los países desarrollados con nuevas técnicas para mejorar sus cosechas de granos?
-Se están haciendo ingentes esfuerzos para aumentar el rendimiento de los cultivos con la ayuda de la genética, la biotecnología, etc., pero esto no es suficiente y la única solución a la vista consiste en crecer en superficie. Sin embargo, hay solo dos regiones en el mundo que pueden extender su área agrícola en gran escala: Brasil y Europa del Este, básicamente Rusia y Ucrania. Para lograrlo tienen que avanzar necesariamente sobre tierras de menor calidad, lo que impulsa al alza el precio de los campos que se ha multiplicado por diez. Todo esto se ha visto reflejado en un cambio de precios relativos de la economía a nivel mundial que es la gran novedad del siglo XXI. De este modo, se acaba el deterioro de los términos de intercambio de los productos agrícolas que signó al comercio internacional del siglo pasado.
Fondos de inversión
-¿Qué está pasando actualmente en los mercados mundiales?
-Cuando los inversores globales perciben un escenario de riesgo se refugian en el oro, ya que este producto ha sido tradicionalmente refugio de valor ante la incertidumbre. Así sucedió durante buena parte de 2010 y 2011. En los últimos meses, en cambio, ha bajado la cotización de este metal y han subido el índice Dow Jones y los precios del petróleo y de los commodities, lo que pareciera indicar que el mercado está apostando a las recetas de los países centrales.
Si los fondos de inversión -que están dando vueltas por el mundo- cambiaran de opinión por temor a que se derrumbe Europa, se volverán a refugiar en el oro por su necesidad de estar líquidos hasta que pasen los temores. Esta masa de dinero que han inyectado los países centrales exacerba aún más por razones especulativas la situación natural de volatilidad de los mercados de granos, que son de por sí volátiles por razones climáticas.
-Hay estimaciones impactantes que indican que el negocio de los commodities agrícolas no respaldado por transacciones físicas es mucho mayor a los volúmenes que realmente se comercializan. ¿Qué incidencia tiene ese mercado virtual en los actuales niveles de precios de los commodities?
-Sin duda hay un componente especulativo muy difícil de precisar generado por los fondos de inversión líquidos. Antes estos operaban con commodities, tales como petróleo, oro, plata, platino, cobre, carbón, cacao, etc., o colocaban sus capitales en bonos del Tesoro estadounidense. Pero, desde hace varios años, descubrieron que también existen los commodities agrícolas que se cotizan en la Bolsa de Chicago, un mercado confiable que opera con grandes volúmenes y tiene liquidez. Es así que el trigo, el maíz y la soja son hoy una alternativa de inversión que compite con otras opciones más tradicionales. El accionar de estos fondos de inversión está elevando los precios de los commodities agrícolas y, por consiguiente, de los alimentos.
-¿Hasta cuándo los fondos de inversión van a continuar apostando al maíz, trigo y soja?
-Seguramente lo seguirán haciendo hasta que encuentren algo más atractivo. Todo indica que la compra de tierras agrícolas en Europa del Este es una excelente opción de inversión, dado que esa región aún no se ha incorporado a la fiesta agrícola que ya se vive en otros países. Pero ésta no es una alternativa viable para los fondos de inversión, porque las normas que los rigen no admiten la inmovilización de sus capitales en inversiones de este tipo. Su accionar "exige" opciones que brinden liquidez ácida, es decir, activos que puedan convertirse en "cash" en 24 o 48 horas. Ello implica que en el menú de opciones figuren los bonos del Tesoro estadounidense o europeo, cuyas tasas de interés son bajísimas en la actualidad. La otra alternativa es invertir en commodities tradicionales. Por esa razón, los commodities agrícolas "compiten" como opción con el petróleo, el oro y/o las tasas de interés. Como estos han aumentado recientemente por la brutal inyección de liquidez dispuesta por los países centrales, los commodities agrícolas han recibido un impulso adicional por tal circunstancia.
-Si los fondos de inversión decidieran salir de sus posiciones en granos, ¿no provocarían un fuerte descenso de los precios?
-Es probable en caso de que se produzca un colapso en Europa. Es decir que ocurra algo similar a lo sucedido en mayo de 2008 cuando se anunció la crisis de Lehman Brothers y explotó la burbuja especulativa. Entonces, los fondos tuvieron que tomar ganancias en la Bolsa de Chicago para cubrir sus pérdidas en su hábitat natural que son los mercados financieros.
-¿No se debería regular la operativa de los fondos de inversión que, en última instancia, están especulando con el costo de la alimentación?
-Hay una disputa en trámite porque muchos países reclaman que se pongan límites al accionar de los fondos. Alegan que estos retroalimentan la suba de los precios de los granos que, a su vez, aumenta el costo de los alimentos y provoca conflictos sociales a lo largo y ancho del globo. Pero no se debe olvidar que el mercado operativo de los commodities agrícolas está en Estados Unidos y no es nada fácil alterar las reglas de juego que son puras y cristalinas en la Bolsa de Chicago.
-¿En qué medida el alza de los precios de los commodities agrícolas puede retraer la demanda de alimentos en el Tercer Mundo?
-Si bien los precios excesivamente elevados de los alimentos han generado desbordes en el Norte de África, se están importando desde China unas 55 millones de toneladas anuales de soja, que equivalen a una excelente cosecha de Argentina. Como la población china ha elevado sus niveles de producción, aumentado sus ingresos y mejorado su dieta alimenticia, esa gente no va a dejar de comer proteínas porque el precio de la soja haya subido US$ 50 o US$ 100 la tonelada. Tampoco creo que actúe en esa dirección su gobierno dictatorial en un año de transición de las autoridades del Partido Comunista.
Stocks y precios
-¿Qué vulnerabilidades advierte en el mercado mundial de granos?
-La explosión del consumo de alimentos en el mundo ha derivado en una baja de los stocks de granos a nivel global. En el período 2010-2011, se dio una fuerte caída en las reservas de maíz, que es un grano esencialmente forrajero, porque la demanda de carne ha crecido a tasas increíbles, sobre todo en China. Hoy no hay espacio para el fracaso, ni siquiera parcial, de una cosecha de maíz. Como la cosecha de esa zafra fue solo regular en Estados Unidos, que es la fuente del 40% de la producción mundial de maíz, este commodity se convirtió en la vedette del mercado durante los últimos dos años. Su situación ha arrastrado al resto de los commodities agrícolas porque sus precios son verdaderos vasos comunicantes.
-¿A qué obedece la suba fulminante que ha tenido el precio de la soja recientemente?
-Hoy el mercado de soja está muy nervioso debido a que se ha ingresado en el denominado "mercado climático", que es sinónimo de extrema volatilidad. En los últimos seis meses, como consecuencia del fenómeno de La Niña -que consiste en el enfriamiento de las aguas del Océano Pacífico sobre las costas de Perú-, se registró un menor volumen de lluvias en la Pampa Húmeda de Argentina y el sur de Brasil. La sequía, que también afectó a la cosecha de maíz, ha provocado serios daños en la producción de soja tanto en Argentina como en Brasil. Estimo que la merma de la zafra actual en ambos países podría ubicarse en 20 millones de toneladas por debajo del ciclo pasado.
-¿No se puede compensar ese déficit con las cosechas de soja en otras regiones?
-A diferencia del trigo que se planta en casi todo el mundo, hay solo tres países en el mundo donde se cultiva soja a gran escala: Estados Unidos, Brasil y Argentina. Cada uno produce, en promedio, 80, 60 y 50 millones de toneladas, respectivamente. (Nota: la cosecha en Uruguay es de apenas 2 millones de toneladas). Como dos de los grandes jugadores están teniendo fracasos con su cosecha actual, el precio de este grano, que estaba en torno a los US$ 400 la tonelada, se ha disparado por encima de los US$ 500 en los últimos dos meses. Si bien se está sembrando mucho maíz y soja en Estados Unidos y el pronóstico climático es bueno para ese país, la realidad es que actualmente no hay disponibilidades de soja. En la próxima zafra sudamericana (octubre/marzo) la inevitable reacción productiva podría cambiar los "tantos". Por eso, los productores de esta región debieran ya ingeniar coberturas para el año 2013 mediante el uso de los mecanismos que brindan los mercados de futuros y de opciones sobre futuros.
Argentina y Uruguay
-¿Cuáles son las mayores fortalezas del cultivo de soja en Argentina?
-Por una sumatoria de razones, entre ellas la fertilidad de sus suelos, técnicas de manejo y distancia de fletes, Argentina es el país más eficiente del mundo produciendo soja. Es posible que esa ventaja se vea reducida si el gobierno mantiene el 35% de retenciones.
Pero lo cierto es que la soja genera toda una cadena productiva. El 80% de sus granos se convierte en harina proteica para alimentar al ganado vacuno, porcino y aves de corral, con un 18% de rendimiento en aceite vegetal. La competitividad argentina es la responsable que desde hace muchos años las grandes compañías multinacionales inviertan en ampliaciones o en nuevas plantas de molienda fundamentalmente en Argentina. Es así que la capacidad aceitera del mercado argentino ha seguido creciendo año tras año, pese a la inseguridad jurídica del país creada por prácticas desleales de gobiernos que apuestan al populismo como herramienta para mantenerse en el poder.
-¿Es factible que se dé un proceso de sojización de la agricultura uruguaya similar al que se ha dado en algunas provincias de Argentina, básicamente Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe?
-Siendo un país tradicionalmente ganadero, Uruguay ha descubierto en los últimos años que tiene buenas aptitudes para hacer agricultura, sobre todo para plantar soja. Este es un cultivo que con la introducción de la siembra directa hace mucho más económico el laboreo de las tierras, argumento que se suma a la utilización de las sojas RR resistentes al glifosato, que permite que con la única aplicación de este herbicida se eliminen todas las malezas en los campos.
Hoy la producción de soja ha crecido a tasas exponenciales en Uruguay ya que cultivar este grano es mucho más rentable que dedicarse a otras actividades agropecuarias. La ayuda del know-how argentino ha colaborado en tal sentido. Por eso, muchos campos que se dedicaban a la ganadería han dado paso a la producción agrícola, que no es un fenómeno exclusivo del campo uruguayo, sino que se da en todo el mundo donde haya tierras aptas para la agricultura. Este proceso no tiene retorno en un horizonte visible.

Valores de maíz, soja y petróleo

-¿Continúa vigente la supuesta conexión entre un dólar débil y precios de commodities más altos?
-Por cierto que sí. En cambio, cuando la divisa estadounidense se fortalece, a los europeos les cuesta más comprar soja porque este commodity se cotiza en dólares y, teóricamente, debilita el poder de compra de algunos países. Todo esto es parte de una guerra de monedas no declarada.
-¿Es previsible que se mantenga la actual relación entre los valores de los granos y el petróleo?
-Sí. Sus valores van a continuar estrechamente ligados por dos razones. Por un lado, hay una relación directa entre el precio del petróleo y el de los granos porque estos ahora también son combustibles. Por ejemplo, si sube el crudo, mejora la cotización del aceite de soja que se utiliza para hacer biodiesel, y del maíz que se destina a la fabricación de etanol. Por otra parte, hay un componente especulativo. Si el precio del petróleo se va muy arriba y la cotización de la soja o del maíz se retrasa, es lógico que los operadores se desprendan de sus posiciones en petróleo y compren granos.

El desafío demográfico del siglo XXI

-¿Cómo vislumbra la evolución de la demanda de commodities agrícolas en el mediano y largo plazo?
-El juego de la oferta y la demanda de alimentos está cambiando por el desafío demográfico del siglo XXI. Por un lado, la característica de los países centrales combina bajas tasas de natalidad y creciente esperanza de vida. Así, el grueso de ellos va camino a un descenso neto en el número de habitantes con un creciente desnivel entre la población económicamente activa, que está en baja, y la población pasiva, que está en alza. Es un tremendo desafío para los sistemas previsionales.
Por otro lado, no sucede lo mismo en los países de Asia Pacífico. Sus sociedades son todavía relativamente pobres, con un alto crecimiento demográfico, pese al control de la natalidad existente en China, y con tasas de expectativa de vida relativamente bajas. En India habrá 300 millones de personas más en 2020 en comparación con 2005. En China, durante ese mismo período, el crecimiento será de 150 millones de habitantes, quienes en su inmensa mayoría van a ser individuos económicamente activos. Esa gente necesitará alimentarse y gastará más del 50% de sus ingresos en la compra de comida, mientras que la población de los países centrales solo destinará entre el 5% y el 10% a ese fin. Indudablemente, este es el siglo de la energía y los alimentos.

Ficha técnica

Enrique Erize, argentino, es licenciado en administración por la UCA. Actualmente es vicepresidente de la consultora Nóvitas en Buenos Aires. Anteriormente ocupó diversos cargos como vicepresidente de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires y también del Centro de Acopiadores de Cereales, director del Banco de la Nación Argentina y presidente de la Federación de Acopiadores de Cereales de la República Argentina. En el área docente, es profesor titular en la maestría y postgrado de la UBA y en los cursos de postgrado de la Universidad de San Andrés.


jueves, 18 de octubre de 2012

Las empresas de Wall Street que más retribuyen en dividendos

http://www.eleconomista.es/mercados-cotizaciones/noticias/4319678/10/12/Los-gigantes-de-Wall-Street-en-los-que-mas-subira-la-retribucion.html


Los gigantes de Wall Street en los que más subirá la retribución



El S&P 500 hace historia en el mundo del pago al accionista ya que 403 empresas remuneran al inversor, la cifra más alta desde 1999. Sepa cuáles son las mejores oportunidades.
A la par que los mercados bursátiles cobraron importancia, también lo hizo un concepto: los dividendos, esa parte del beneficio económico generado por una compañía en un ejercicio que se reparte entre los accionistas. Y en lo referente a la retribución del accionariado uno de los principales índices de Estados Unidos está haciendo historia. El Standard & Poor's 500, ya cuenta con 403 empresas que entregan dividendo, la cifra más alta desde noviembre de 1999, según Howard Silverblatt, analista del parqué norteamericano. No obstante, dentro del suculento mundo del pago al accionista hay algunas compañías que resultan más atractivas que otras, principalmente atendiendo al incremento que, según el consenso del mercado, llevarán a cabo para 2013 partiendo del dividendo que entregaban en 2011.
Dentro de este grupo, las diez compañías -entre las mayores por capitalización del índice- que más aumentarán la retribucción, para alegría de sus accionistas, son Wells Fargo, JP Morgan Chase, Microsoft, General Electric, Exxon Mobil, Philip Morris, Chevron, Coca Cola, Procter & Gamble y Pfizer. En este club se encuentran compañías más que expertas en el pago de dividendos, ya que JP Morgan Chase, Exxon Mobil, Coca Cola y Procter & Gamble remuneran al inversor desde el siglo XIX. Es más, estas dos últimas llevan más de 50 años consecutivos aumentando la cantidad a pagar por título.

Las joyas del S&P 500

El caso más llamativo es el de Wells Fargo. Según los expertos, el cuarto banco más grande de Estados Unidos podría aumentar su retribución al accionista un 108,33 por ciento, al pasar de los 0,48 dólares por acción que entregaba en 2011 al dólar por acción. Aunque no es el único argumento con el que cuenta la entidad para presumir. Posee una más que clara recomendación de compra sobre sus títulos, además de subir en lo que va de 2012 más de un 27 por ciento.
Muy de lejos le sigue otro banco, JPMorgan Chase. Para el que fuera el resultado de la fusión entre Chase Manhattan Corporation y J.P. Morgan & Co, se prevé que incrementará su pago al accionista un 40 por ciento, entregando así en 2013 1,40 dólares por título. Dentro de las compañías que retribuyen al inversor es la más veterana. El primer dividendo que se le puede atribuir data del año 1827, que vino de la mano del ChemicalBank, fundado cuatro años antes. En 1996 adquirió al ChaseManhattan Corporation y en el año 2000 compró a JP Morgan, dando lugar a la actual corporación. Además, su rentabilidad por dividendo es mayor que la que ofrece Wells Fargo, siendo ésta del 2,85 por ciento.
Sin embargo, en lo que a rentabilidad por dividendo se refiere, una de las reinas esPfizer. Fundada en 1849 por Charles Pfizer y Charles Erhart, la retribución de los títulos de esta farmacéutica rentan un 3,50 por ciento. El pasado año su pago era de 0,80 dólares, pero los analistas prevén que para el próximo ejercicio éste ascienda un 16,40 por ciento hasta los 0,93 dólares.
Pero sin duda una de las grandes noticias del año en el campo de la retribución ha venido de la mano de Apple. La empresa tecnológica con mayor capitalización bursátil del mundo (más de 588.000 millones de dólares), comenzó a pagar un dividendo de 2,65 dólares el pasado mes de agosto, tras 17 años sin retribuir al accionariado. Y es que Steve Jobs, el antecesor de Tim Cook, era un gran detractor de esta actividad. Aseguraba que los dividendos eran sólo una forma de maquillar la falta de ideas de una empresa. Tras el fallecimiento de Jobs, el pago de dividendos era un secreto a voces. La sólida caja de la (más de 124 millones de dólares), hacía más que probable que Apple se decidiera a retribuir al accionista y no sólo eso, sino que los expertos estiman que en 2013 este pago ascenderá a 8,81 dólares por acción, ya que se espera que su caja aumente hasta los 164.047 millones de euros.
En este misma línea se sitúa Microsoft. En 2012 cuenta con una caja de 51.699 millones de dólares y se espera que para el próximo ejercicio esta cifra ascienda a 67.513 millones. De este modo, el consenso de mercado augura una subida en el dividendo del 37,50 por ciento, siendo así la tercera compañía que se estima que más aumentará el pago.


miércoles, 17 de octubre de 2012

Generaciones Baby Boomers, X,Y y Z: actitudes y necesidades en sus mercados de trabajo y consumo

http://www.cnnexpansion.com/mi-carrera/2012/10/16/generacion-x-la-mas-exigente


Generación X, trabajadores exigentes

Los profesionistas nacidos entre 1965 y 1980 son fieles seguidores de la ‘flexibilidad’ laboral; consideran Internet una herramienta de trabajo y las redes sociales como escaparates profesionales.

Publicado: Miércoles, 17 de octubre de 2012 a las 06:00
CIUDAD DE MÉXICO (CNNExpansión) — La generación X, es decir las personas nacidas entre 1965 y 1980, es el grupo poblacional que más usa Internet y las redes sociales para cuestiones laborales con el 60% de las interacciones.
Aunque no es una generación que "nació" con la tecnología, sí es la que mejor uso hace de ella y la que más utilidad obtiene de las experiencias de otros, según los datos de una encuesta de la firma Club Med entre 1,810 participantes en el Distrito Federal. A diferencia de los más jóvenes, generaciones Y y Z, los adultos jóvenes Xencuentran en la red muchas posibilidades de facilitar su trabajo y el contenido de sus interacciones tiene que ver con acuerdos laborales.
Incluso, las redes sociales se emplean como "escaparates" profesionales más que para iniciar amistades o romances, informa la empresa.
"Ven en Internet herramientas de trabajo, incluso en los perfiles de Facebook se denota un interés por mostrarse como expertos en áreas específicas laborales. Los comentarios en Twitter son más cuidados y políticamente correctos dentro de su área laboral, mientras crece exponencialmente el uso de Linkedin para mostrar abiertamente los currículums", comenta Saverio Friselli, director general de Club Med México.
Otras encuestas han llegado a una conclusión similar. La consultora Kelly Services refiere que los empleados de entre 49 y 66 años son los más activos en querer cambiar de trabajo; en ese sector se registra un 78% de intención de buscar otro puesto en 2013.
En México el 75% de los más de 11,000 encuestados de la generación X planea moverse de trabajo, al igual que el 73% de los miembros de la generación Y.
La situación con estos profesionales es que experimentaron una crisis económica sin precedentes y eso genera que volteen a evaluar sus objetivos profesionales.
El escenario es el siguiente: si las empresas no ofrecen un trabajo significativo y oportunidades de crecimiento, este empleado asume la consigna de estar en permanente movimiento, describe el vicepresidente para Latinoamérica de Kelly Services, Sergio Gómez-Luengo.
¿Qué los hace diferentes?
La generación X se manifiesta contra los valores que han caracterizado a sus padres y ofrecen un modelo social radicalmente diferente, indica un informe realizado por la escuela de negocios española Instituto de Empresa y Adecco.
Este grupo se encuentra con un acceso más difícil al mercado laboral y se acomoda a esta situación desde una perspectiva individualista. Son personas que "se resisten a seguir la pauta social de sus padres, y retrasa compromisos como el matrimonio y la procreación", señala la publicación de IE.
Si los baby boomers son idealistas, los de la generación X son escépticos. Mientras sus papás tenían amplias oportunidades de trabajo, los profesionales que rondan los 40 o pasan de esa edad luchan contra la incertidumbre de una realidad marcada por reestructuraciones en las empresas y la desaceleración económica.
Además, este grupo vive una transformación del modelo familiar tradicional: sus mamás, en muchos casos, se incorporaron de lleno al mercado de trabajo.
"Los X se rebelan contra la visión del trabajo de los baby boomersapoyan políticas de flexibilidad y conciliación que empiezan a calar en el mundo de la empresa, bajo el lema: si hago mi trabajo, ¿qué importa cuándo o en dónde?", citan Adecco e IE.
Estos son puntos en los que fijan los empleados en estas edades:
- ¿Qué me das para crecer? La generación X busca trabajo, la mayoría de veces, con base en trascendencia, es decir, lo que le aportará el trabajo además de un salario. La palabra clave con ellos es satisfacción, generada por enriquecer sus competencias. Quieren ofertas que les permita alcanzar las metas planteadas a largo plazo, indica Deloitte México en su análisis "Diferencias generacionales, comprometiendo a todas las generaciones en el entorno laboral".
¡Dame mi espacio! El colaborador nacido en estos años es móvil, dice Mónica Flores, directora general de Manpower Group. Son personas impacientes, creen en la flexibilidad, la variedad y dan valor a tener su marca personal.
A una persona que ronda en esta edad, no le interesa la promesa eterna de que su sueldo aumentará "algún día". Son inmediatos, la fidelidad la tienen hacía ellos, no hacía una empresa donde puede permanecer años.
Si no hay posibilidad de generar un aumento, para ellos la "calidad" es un elemento de retención. "Quieren tiempo para sí, cumplir horas silla es su mayor problema", indica la reclutadora y psicóloga industrial, Elsa Noriega.
Buscan la exactitud. Si de algo se quejan los empleados de la generación X es falta de claridad en metas. A ellos les gusta ver cómo construyen sobre algo que les dejará beneficio. "Hay que entender el contexto en que crecieron, les gusta dar opciones para cumplir sus funciones, anhelan que les permitan mostrar su creatividad. A ellos la rigidez los truena, y buscan ser escuchados", detalla Noriega.
Son buenos en recomendación
Desde el punto de vista comercial, la generación X es la más asidua en buscar referencias antes de adquirir productos o servicios relevantes, por ellos se han popularizado sitios que reúnen experiencias de los usuarios en sectores específicos como computación, compras en línea o viajes.
Los adultos jóvenes son quienes más comentan sus experiencias con centros y marcas de consumo a otros usuarios, indica Saverio Friselli. Si se puede complacer a esta generación, puedes tener la satisfacción de que ya lo hiciste con el grupo más exigente, y que mayor beneficio redituará en la publicidad de boca en boca.
De acuerdo con el informe de Deloitte, que incluye cifras del INEGI, en el país la población económicamente activa está conformada por los baby boomers, con un 27%; generación X, con el 36%; y la generación Y representa el 24%. 

Crisis, equipo de calidad y conocimiento de mercados, consumidores e instituciones: base del éxito de Gruma. Quizá faltó mencionar su carácter como oligopolio dominante en el país.


http://www.cnnexpansion.com/especiales/2012/10/08/memorias-de-un-empresario


La carta póstuma de Roberto González

El empresario compartió su visión de negocios a la revista Expansión una semana antes de fallecer; quien fuera presidente de Gruma y Banorte narra su trayectoria desde sus inicios como bolero.

Publicado: Miércoles, 17 de octubre de 2012 a las 06:00
Expansión
“Otra cosa que aprendí en mi vida es que la calidad humana y profesional del equipo con el que trabajas es un factor determinante para alcanzar el éxito”, escribió Roberto González Barrera. (Foto: Especial)“Otra cosa que aprendí en mi vida es que la calidad humana y profesional del equipo con el que trabajas es un factor determinante para alcanzar el éxito”, escribió Roberto González Barrera. (Foto: Especial)
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OTROS ENLACES
NOTA DEL EDITOR: El fallecido presidente de Gruma yBanorte escribió el siguiente texto para la revista Expansión entre el 15 y el 18 de agosto de 2012, una semana antes de su muerte. Fue publicado en la edición 1100 del 1 de octubre como parte del ranking 'Los 100 empresarios más importantes de México'. 
Mi primera incursión en los negocios fue cuando tenía entre cinco y seis años. Era tan pobre que a mí la pobreza me hablaba de usted. Después de ir a la escuela, hacía mandados. Nací trabajando.
Primero me hice de un cajón para bolear y, al mismo tiempo, seguía haciendo encargos. Luego, pude hacerme de otros cajones que rentaba a mis primos.
Luego vendí verduras, hasta que un día mi abuelo me llamó para preguntarme: "¿qué te deja más?" A lo que respondí que las verduras. Entonces me dijo: "dedícate a eso y no pierdas el tiempo en otras cosas". La pobreza fue mi mejor maestra.
En mis 70 años como empresario, me ha tocado enfrentar una buena cantidad de dificultades, crisis y cambios en el país y en el mundo. Y de ellos aprendí una lección: detrás de cada crisis siempre hay una oportunidad, lo importante es saber encontrarla.
Los primeros 20 años de Gruma fueron de consolidación en México. Fue muy difícil, tuvimos que vender todos los negocios familiares y hasta empeñar los juguetes de mis hijos. A veces estábamos arriba, a veces abajo, pero nunca perdí la fe.
A partir de los años 70, iniciamos la expansión internacional de la empresa. Primero en Costa Rica, lo que sirvió de impulso para, poco a poco, instalarnos en otros países como Honduras, Estados Unidos, El Salvador o Venezuela.
Así fuimos evolucionando y conquistando mercados. A finales de los 90, llegamos a Inglaterra y en la actualidad vendemos productos en prácticamente todo el mundo.
No pretendamos que las cosas cambien si siempre hacemos lo mismo. Una crisis es la mejor bendición que puede pasarle a las personas y a los países, porque las crisis traen progreso. Hay que analizar las oportunidades con serenidad y cuidado.
Otra cosa que aprendí en mi vida es que la calidad humana y profesional del equipo con el que trabajas es un factor determinante para alcanzar el éxito. Sin equipo, no hace uno nada. Con un buen equipo, uno puede crecer incluso a nivel internacional.
Esto da una gran base para trabajar en países con diferentes sistemas políticos y enfoques de desarrollo económico y social. Esto lo hemos asimilado cabalmente en Gruma. Incluso dentro de situaciones o modelos económicos difíciles. Por ejemplo, la decisión de operar en Asia, primero en China. Nos dedicamos a aprender y adaptarnos a su cultura, sus instituciones y su mercado. A respetar a sus pueblos y gobiernos pero, sobre todo, a entender sus gustos y necesidades como consumidores.
El que quiera hacer negocios fuera de México, tiene que invertir tiempo y recursos en profundizar el análisis del sector, conocer la idiosincrasia del pueblo y, en especial, cumplir con las leyes de cada nación.
El desarrollo tecnológico e investigación han sido elementos importantes desde la fundación de Gruma, la tecnología propia nos ha permitido generar un cambio en la cultura y percepción del maíz a nivel global. Ha sido clave para alcanzar el éxito a nivel mundial. Para mí, es una gran satisfacción que el maíz y la tortilla no sólo se conozcan sino que se disfruten en rincones del mundo jamás imaginados.
A los empresarios nos corresponde tomar la iniciativa y aventurarnos. Como en toda empresa se corren riesgos, pero si establecemos cimientos sólidos, las recompensas pueden ser muy atractivas. Por ejemplo, ahí está Carlos Slim Helú, un gran empresario mexicano al que admiro y que también ha logrado cosas importantes fuera de nuestro querido México.
Como empresario, lo que siempre he buscado ha sido poner "mi granito de harina" para crear industria, generar empleo y con ello apoyar al desarrollo de mi natal Nuevo León y mi querido México.
Nunca dejaré de trabajar, mientras tenga fuerza seguiré trabajando.